jueves, 24 de junio de 2010

Todos quieren ser Vanucci

La gente que escribe en facebook, twitter o MSN comentarios alusivos a su estado anímico y de pareja, del estilo:

"sola otra vez, paciencia"
"estoy felizzzz...."
"esperando que llameeee!"
"depresión, no puedo más y no hagan preguntas"
"aprendí algo de la vida y les agradezco a mis amigos por bancarme"

Es la misma gente que, si fuera famosa, haría lo mismo que Victoria Vanucci con su vida privada: la expondría en la vidriera pública, rogando por 5 minutos de atención para ser observada, desmenuzada, comentada y descuartizada.
Y yo sería Amalia Granata y les daría con un caño.

viernes, 18 de junio de 2010

Es un sentimiento

No hay manera de que nos pongamos de acuerdo. Es así, estamos destinados a tirar de la soga de extremos opuestos. Porque a mí no me convencen, las parejas perfectas son una puesta en escena, una obra de teatro ejemplar.

Cuando escucho en la radio a centenares de mujeres coreando emocionadas en el recital de algún innombrable "Yooooo quiero seeeer tu amor por siempreeeee", y por otro lado a grupos de hombres en fiestas y casamientos saltando desencajados y haciendo gestos obscenos al ritmo de "Nos sacamos el anillo carcelero y vivimos una noche de solteros", me doy cuenta de que esto va a ser siempre un River-Boca.

miércoles, 16 de junio de 2010

Clasificados

En un arranque de innovación laboral, mandé hoy mi curriculum vitae a tres avisos completamente heterogéneos entre sí:

- Asistente Financiero
- Docente de italiano
- Organizadora de eventos

Modifiqué mi curriculum tres veces, de acuerdo a los requisitos de cada aviso y creando tres identidades distintas, tipo The Bourne Identity.
Espero que no sean de la misma consultora.

domingo, 13 de junio de 2010

Quiero vivir dos veces, para intentarlo de nuevo

Siempre soñé con ser artista. No sabía de qué tipo. Actuar, cantar, bailar. Público y aplausos. En realidad soñaba con tener talento.
A los 8 años le pedí a mamá que me anotara en clases de ballet. Me llevó al estudio de Olga Ferri, y mientras yo me enamoraba de la clase que estaban dando, mamá se peleaba con la secretaria y me retiraba del lugar sin anotarme.
Quise cantar, entonces. Me mandaron a un instituto de música a tomar clases de guitarra, pero en la muestra de fin de año me dijeron que habíamos desafinado muchísimo con mi compañera de guitarra. Abandoné inmediatamente, por supuesto (todavía provoca sonrisas en mi familia evocar mis potentes alaridos entonando "No quiero ser tu amigo").
Colgué los hábitos y me resigné a que el arte dramático no era lo mío.

Muchos años más tarde, a través de la influencia de un amigo, me animé a desempolvar mi guitarra, cambiarle las cuerdas y tomar clases seriamente.
Hoy todavía no descubrí si tengo talento. Pero conseguí público y aplausos: mi hijo me mira extasiado y dice que le gusta mi música, y el Chino me aplaude y me pide otra.
Y lo mejor, es que creo que lo dicen en serio.

martes, 8 de junio de 2010

En altamar

En el día de ayer tuve encuentro con coordinador de Encuentros Terapéuticos, para lo que llaman "entrevista de seguimiento" (algo así como la posibilidad que te da el correo de seguir el trayecto de tu carta a través de internet, para saber en manos de quién está, qué grado de deterioro puede haber sufrido y cuánto tardará en llegar exitosamente a su objetivo, en el caso de que esto ocurriera realmente).
Aparentemente estoy navegando aguas tranquilas, mi barco se demorará todavía un buen tiempo en alcanzar puerto seguro y la brújula quedó algo dañada después de tantas tormentas, pero el panorama es alentador, el pronóstico sereno y calmo, y las probabilidades de que la inversión haya valido la pena, altas.