martes, 15 de diciembre de 2009

Atada y desatada

Hay personas que nunca te van a ser indiferentes. A veces es por el pasado en común, por historias largas y años compartidos. A veces es porque te reíste mucho y nunca te volvió a pasar con otra persona (no de la misma manera, con ese entendimiento total). Otra vez fue por un atardecer sobre el Atlántico, con la luz ideal, la temperatura justa; te diste vuelta, lo viste y te enamoraste. Nunca lo olvidaste (aunque la historia entre ustedes empezó en ese momento y terminó 2 minutos después).
Pero eso no significa necesariamente que debamos pasar nuestra vida junto a esa persona. No justifica que nos torturemos por revolver un pasado irrecuperable, para rescatar un baúl de imposibles, para cuestionarnos por qué no, cuando la pregunta debería ser por qué sí. No todas las historias terminan en cuentas de banco en común, y está bien así, como decía sabiamente Meryl Streep en película psicoanalista.
Que haya algunas personas que nunca nos van a ser indiferentes habla de una historia bien vivida (o mal vivida, depende el caso). Y nada más.
De historias, hilos, emociones, encuentros y desencuentros se trata la vida, y detrás de ellos es que vamos.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Disfraces cuestionables

Me acuerdo de mis actos escolares, y me viene a la memoria el año que me tocó ser paisano. Después soldado (4 veces): mamá terminó comprando el disfraz y el sable. Después paje del Rey (yo quería ser Cristóbal Colón, pero a pesar de mis ruegos no me eligieron). Y me encantaba. Nunca me cuestioné mi sexualidad, ni mis traumas a futuro, ni envidié a las que actuaban de princesas o de damas antiguas. Nunca.
Hoy me pregunto: por qué mi hijo varón no puede actuar de hada? O de bailarina? O, sin ir más lejos, de mariposa o de abejita?
Me enoja mucho no encontrar una respuesta aceptable.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Fórmulas metafísicas

Lo único que hace tolerable el pedo ajeno es el pedo propio.
No hay otra fórmula etílica.