Diluvio y corte de luz. Odisea de 50 minutos para atravesar 20 cuadras en taxi. Llegamos a casa empapados y nos miramos. Un poco desorientados.
Me pregunta, "Y ahora qué hacemos? No se puede hacer nada sin luz. No hay tele, no hay juegos en la compu."
Y justo cuando estoy a punto de decirle que la vida está llena de opciones sin pantallas, que puede jugar a miles de cosas sin luz, me viene a la mente que no voy a poder ver el mail. Ni escribir y leer blogs. Ni mirar el pronóstico del clima en windguru. Ni leer el diario online. Ni chatear con mi hermana que vive en París. Ni calentar TODO en el microondas. Ni secarme el pelo.
Que no voy a poder hacer nada de nada.
Y me guardo el discurso sobre la vida sin tecnología y suspiro. Y le digo que esperemos, que tiene razón. Que yo tampoco sé a qué jugar.
Me pregunta, "Y ahora qué hacemos? No se puede hacer nada sin luz. No hay tele, no hay juegos en la compu."
Y justo cuando estoy a punto de decirle que la vida está llena de opciones sin pantallas, que puede jugar a miles de cosas sin luz, me viene a la mente que no voy a poder ver el mail. Ni escribir y leer blogs. Ni mirar el pronóstico del clima en windguru. Ni leer el diario online. Ni chatear con mi hermana que vive en París. Ni calentar TODO en el microondas. Ni secarme el pelo.
Que no voy a poder hacer nada de nada.
Y me guardo el discurso sobre la vida sin tecnología y suspiro. Y le digo que esperemos, que tiene razón. Que yo tampoco sé a qué jugar.
5 comentarios:
yo me juero sin esta maldita tecnologíaaaaaaaaaaaa
No se con quien estabas acompañada... pero yo creo que era el momento para el desenfreno sexual, o algo asi... o no??
Negra, era mi hijo de 5 años. Con cualquier otra persona su sugerencia hubiera sido una gran opción.
O sea que quede muy desubicada... y bue... es comun en mi, PAAAARDOOONNN!!!
autenticidad, es o es lo importante y más si la angustia era mutua.
Publicar un comentario