Desafiando todas las leyes del glamour y de la tan sobrevaluada femineidad, pasé la tarde jugando a la pelota en la plaza. Descubrí que todavía tengo talento para los pases, el sombrero, el jueguito y la gambeta.
Claro, mi contrincante es mi hijo de 6 años. Que no me quita ningún mérito, ya que después del partidito me aseguró sudoroso y enrojecido que juego "como ninguna mamá" y que soy la única que logró cansarlo.
Lo tomé en el sentido más optimista posible, of course.
6 comentarios:
Bueno los hijos saben muchas cosas a los 6 años; y es bueno que lo presumas.
Saludos.
Hola PDT:
A esa edad hay que aprovecharlos como sea. Además, evidentemente son muy objetivos, asique debés jugar bien.
El día que le pidas que te lleve a ver a al Bersuit, te va a decir, "mirá Mamá, toco y me voy...".
Saludos.
jeje! Presumo de su punto de vista, nada más...
Que "le pida" que me lleve a ver a la Bersuit? Espero que sea al revés, jaja!
FELICITACIONES QUE LINDO QUE TU HIJO DIGA ESO DE VOS UNA GRAN JUGADORA
SALUDOS
se dio cuenta que tiene de mamá a la peor de todas, un crack!
El y ud.
Cuando se dé cuenta que tiene de mamá a la peor de todas no le voy a parecer más genial :-P
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